Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

domingo, 3 de abril de 2011

con tijeretearte el pelo no cambiás nada, es cierto. ¿contra quién te rebelás, contra vos mismo?
no es necesario un cambio físico para evidenciar (o, a veces, permitir) un cambio.

pero es tan catártico!

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmmmmm no estoy taaaaaaaaan de acuerdo. Tijeretearte el pelo puede ser muy util. Lo pienso bastante seguido, mas que nada de madrugada, pero al dia siguiente voy a mirar las dreadlocks en el piso y voy a llorar. Asi que por ahora me esta vedado. Pero apoyo firmemente a quien lo haga