No entiendo. No sé bien qué hacer. Estamos acá, en la misma cama, los tres, y vos tan arisco, tan hosco... Y yo tan ambigua y volátil... Y misu tan cómoda, ondulante, ajena a esta tensión que por momentos se corta a cuchillo.
Tu perfil se dibuja entre las sombras, tu nariz perfecta, tu pelo enmarañado...
y yo, tan ambigua y volátil, me hago aire ante tu peso y me disuelvo con el recuerdo.