Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

lunes, 10 de enero de 2011

De la reja de mi ventana cuelga la Pasionaria.
Pasión... ¡qué palabra complicada! Para algunos tan simple y evidente, para otros tan lejana e indescifrable... Líbido, dice Freud, por ejemplo. Líbido por una persona, por una acción, o inclusive, por un objeto. Pasión, prefiero decir yo. De esa que te hace cosquillas en la panza. De esa que te saca una sonrisa de sólo acordarte.
Una amiga ayer me hablaba de vivir "en automático". Habrá que revolear (y lejos) el control remoto, arremangarse y ponerse a hacer un camino para romper con eso. Es cierto, es un esfuerzo muy grande. Es incertidumbre, es no saber qué va a pasar... pero es mil veces mejor que la inercia, y el dejarse llevar.
Busquemos esa pasión... Pasión... por estar vivo!

No hay comentarios.: