Es gracioso cómo se extiende la tormenta de neuronas, nublando y mojando todo a su paso. De a ratos, amaina, y se puede distinguir un poco de cielo y sol. Pero la mayoría del tiempo el gris es contínuo.
Es gracioso cómo se que lo que menos necesito es nublarme ahora. Que tengo que enfocar energías, que tengo que borrarme del mundo, y concentrarme en lo que sé que tengo que concentrarme.
Es irónico que lo único que hace que se despeje el cielo es lo mismo que hace que se nuble.
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