Se deslizan, como gotas, hasta aterrizar en la incertidumbre.
Se dejan llevar, jugueteando van marcando su camino.
Caen y caen, a veces más espesos, otras más ligeros; algunos con rumbo único y otros que se bifurcan, van dejando su húmedo rastro fatal.
Quisiera por un momento poder sentir silencio. Por un momento poder impedir algunos senderos, reducir la incertidumbre... detener la circulación de pensamientos...
Pero las aguas no están para piquete de neuronas.
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