Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

martes, 11 de mayo de 2010

mamá



Abre los ojitos, y después los cierra.
Mira fijamente, parece entender
pero estar muy lejos, a la vez, de todo...
Se duerme y despierta también tu bebé.

Se queda quietito mirando a los ojos
se duerme con cantos, quizás por estrés...
Se queda tranquilo durmiendo en mis brazos
y cuando despierta, ¡con mamá otra vez!

Qué maravilloso cambio de rutinas,
con sonrisas nuevas, leche y escarpines,
Un mundo que parece tan distinto y bello
que se muestra ahora que llegó Bautista.

Es la belleza en forma de dulzura de madre,
mirando las cosas de otra perspectiva
Es crecer de nuevo, cuidar noche y día
a ese chiquitito, dueño de tu vida.

Es aprender todo de nuevo, en donde las reglas del juego que veníamos jugando hasta ahora no sirven, porque todo es distinto. Pero sin embargo, es saber que por esos ojos y esa sonrisa hacés cualquier cosa.
Es aprender a soportar el tiempo, y a entender que las cosas ya vendrán...

Fabuloso desafío el ser mamá, ¿no?

martes, 4 de mayo de 2010

14 de abril



Sí, 14.Hagamos de cuenta que hoy es 14 de abril, y que tengo una buena excusa para escribir y no estar pintando mis láminas de morfología. (sí, ya sé, no hay buena excusa para eso)

Nada más quería decir que hay veces que la realidad te desconcierta, pero a la vez te encontrás con que tu desconcierto no es único.

Que hay veces que no sabemos cómo de repente te encontrás hablando con gente loca, con gente con la que nunca pensaste que podías llegar a hablar. Y hablar, lo que se dice HABLAR. Largo y tendido.

Andá a saber qué bicho me picó, que en vez de pintar con témpera una odiosa trama me puse a recordar viejos momentos de llantos, risas y remeras compartidas, esquinas de pasto y robles, guitarras (!) (hasta nos hacíamos los que sabíamos tocar la guitarra, cuando sólo nos sabíamos una canción cada uno jajaja) y TANTAS otras tardes, cuando todavía nos veíamos. :P

Gracias por tantas cosas :). Y aunque no nos veamos mucho, sabés que te quiero hasta el cielo, ida y vuelta en monopatín con una rueda rota jaja =)