Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

sábado, 11 de noviembre de 2023

la incertidumbre
de cuándo va a dejar de doler
es como esperar que pare de llover
después de días en que lo húmedo te invade
y la ropa se amontona sin poder secarse.

abrazar nuestro pasado... vernos las sonrisas inocentes, luminosas, ajenas al dolor cotidiano. Mirarnos mirar el mundo a través de los encuadres a la casa, las cosas, el quilombo... y cada tanto, un fragmento de nosotras mismas, un microsegundo que quedó atrapado, como evidencia de todo lo vivido.

los ojos son los mismos pero la mirada cambia. Hoy leo esas imágenes desde otras evocaciones, y los pequeños gestos espontáneos se vuelven crónicas agridulces de un tiempo duro. 

lloro, siento ese duelo, y acuno a esas niñas que aprendieron a adecuarse a un espacio ajeno, caótico, injusto, y que aún así, encontraban un resquicio para reir, aprender, jugar, buscar y encontrar belleza mientras todo se derrumbaba.