Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

martes, 30 de septiembre de 2008


"Empiece por romper los espejos de su casa, deje caer los brazos, mire vagamente la pared, olvídese. Cante una sola nota, escuche por dentro. Si oye (pero esto ocurrirá mucho después) algo como un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras, con siluetas semidesnudas en cuclillas, creo que estará bien encaminado, y lo mismo si oye un río por donde bajan barcas pintadas de amarillo y negro, si oye un sabor de pan un tacto de dedos, una sombra de caballo.
Después compre solfeos y un frac, y por favor no cante por la nariz y deje en paz a Schumann."

Instrucciones para cantar

Julio Cortázar

viernes, 12 de septiembre de 2008

Veinte años.-




...veinte vidas hubiera yo tardado
en contar los lunares de su espalda.*



Con la segunda decena de estreno me robaste un beso y te regalé una flor.
Con la segunda decena, y no docena.
Una flor chiquita, violeta, que a esta altura debe estar marchita.
Veinte... con V de verde, de várice, de vuelco, de volado, de vestido, de varón, de varrilete de vruto, de vida, de veintiuno, veinticinco, veintinueve y casi treinta, y de viejo pero viejos son los trapos.
El tiempo pasa, ¿no? Y vuela, también con V.
Veinte años... ¿quién lo diría? Si ayer nomás parecía tan perfectamente lejano, ¡tan lejanamente perfecto! Si ayer nomás...
Si ayer nomás también estaba llenos de ayeres, de todos los ayeres que los hoy van dejando, y mañanas que se van consumiendo, como madera por el fuego.
Ayer-nomases que se ríen ante nuestro semblante perplejo al darnos cuenta del ritmo incansable con la que las agujas se mueven -mientras la batería aguante- sin tomarse jamás un respiro.
Ayer-nomases que hoy, a tus veinte años, te regalan un suspiro. =)


.
.
*

Le debo una canción, algunos besos;
le debo estrellas, le debo cuentos.
Le debo mil sonrisas, un sol, una manzana;
le debo una caricia, un cielo y un botón.
Le debo una docena de rosas ya marchitas,
le debo cien monedas, un libro y una flor

.
.
*

¡Te quiero tanto, viejo!
Felices 20 primaveras =)

non!*