compartir el silencio
por un momento detener los engranajes constantes,
escuchar el viento y los árboles que danzan,
coro de hojas,
follaje sonoro que arrulla.
volver a escribir es como volver al mar después de años de no oler la sal.
es como encontrarse a une amigue de la infancia, o acariciar el marco viejo de la ventana que daba al tilo del patio de la casa.
volver a escribir es volver a abrir la posibilidad de sentir, y conectar con ello,
con lo bueno y lo malo,
con lo etéreo y lo denso.
es permitir equivocarme
y gritar los latidos fuertes en el pecho.
volver a escribir es volver a abrazar,
después de un tiempo eterno.
todo lo que late,
todo lo que vive,
todo lo que crece,
todo lo que se ama,
todo lo que busco,
todo lo que creo,
todo lo que siento,
todo lo que digo
sale y se dibuja,
lento toma forma
lento, siempre lento
se dibuja el trazo,
busca recovecos,
llena los espacios
que quedan vacíos
hasta que, despacio,
casi eternamente
se juntan los cuerpos,
se unen los dos cabos
de este hilo enredado
que ata los destinos.
cuidarnos como plantas:
regarnos con agua fresca,
festejar nuestros brotes,
mirar el sol, detenernos.
bailar bajo la lluvia,
echar raíces, sentir el viento
y entregarnos a su caricia.
abrir las emociones como pétalos.
en quietud contemplativa
ser hogar del rocío.
soñar ser árbol que abraza el cielo.
cuidarnos como plantas:
crecer despacio, amar el suelo.