Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

domingo, 23 de enero de 2011

Me duele el codo. Me lo golpeé contra la pared, cuando me resbalé al salir de la ducha. Se me hizo un moretón, pero no uno cualquiera. Es moretón con raspón, como aquellos de hace tantos años.
Aquellos golpes de infancia, en que la rodilla quedaba colorada y ardiendo, por tropezar contra el suelo de piedritas que iba al portón, rodeando el tilo. O de baldosa de patio de colegio, cuando quise caminar toda anudada. O de manchas, quemados y escondidas, y pica para todos mis compas.

No hay comentarios.: