Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

martes, 29 de abril de 2008

Depresión de invierno

Y ese frío que carcome los huesos, como si no bastara que el viento de la desesperanza deshilache por dentro lo poco que queda de recuerdos felices.
Vacío, hueco que se llena de humo, de la helada sensación de ir caminando descalzo por la nieve, quemándose, irónicamente, por el frío.
Entre las ruinas de lo que alguna vez fue un corazòn lleno de esperanzas e ilusiones, la realidad, triunfante, con cada vez más detalles hirientes, proclamándose vencedora y marcando territorio con su espada de palabras y pasado, clavándola aún más profundo y desgarrando lo poco que queda de su oponente.
El último suspiro de un pretérito casi perfecto, en donde la imperfección nace y se retuerce, y se vuelve cada vez más grande al seguir reviviendo cada recuerdo, viendo ahora con los ojos despejados lo que antaño parecía diferente, viendo ahora con claridad que no todo era como parecía ser, o como quería que pareciera ser.
Recuerdicidio, asesinato colectivo de pasado, de lo que alguna vez quiso ser una especie exótica de realidad, absurdamente camuflada.
Yo soñaba, vos soñabas, él soñaba, nosotros soñábamos, ustedes soñaban, ellos sueñan. Pretérito imperfecto, eso es. Nada más que eso. Retazos tijereteados a mano de lo que alguna vez pudo ser. O quizás no, y eso es tan sólo otra ilusión.
Otra vez el vacío, otra vez desgarrado. Que muera de una vez y para siempre algo que nunca existió.
Que de una vez por todas se borren las palabras, los recuerdos, los momentos, las risas y sonrisas ficticias, irreales, porque de nada valieron.
Y ya nada queda en el campo de batalla, nada más que soledad... Y ese frío que carcome los huesos.

.
.
*

Pretérito imperfecto rondando por los aires,
pretéritos perfectos que nunca osaron ser.
¡Ojalá fuera posible, y no fuera tan tarde
y las conjugaciones soñaran otra vez!

¿Quién camina en terrenos alérgicos de risa,
y olvida por completo que el tiempo lleva prisa?
¿Quién duerme en la apacible ternura del invierno
si afuera se retuerce moribundo el recuerdo?


Otra vez el vacío, otra vez desgarrado
el extraño e hipócrita fantasma de pasado.


.
.
*

1 comentario:

Maria Belen De Angelis dijo...

palabras que expresan algo que parecia inexplicable
excelente non =)