Febrero es tiempo de reflexión, febrero es tiempo de libertad... de calor estival, pero de frescura intelectual. De, sobre todo, espacio y tiempo que no se convierten en velocidad, sino que se quedan en su estado primo, dejándonos respirar antes de sumergirnos en la vorágine.
Febrero, sin finales, es paz.
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Y la inspiración que viene y va...
Vuelta a un sitio que no debería haber dejado, pero por fu o por fa, aquí quedó.
Regreso a una realidad de menos cuelgues, de menos febreros egoístas, de más fotocopias y aún menos horas de sueño... Si es que me quiere abrir la puerta...
Realidad que en la tierra descansa
al costado de un largo camino,
se refleja en su cielo las ansias
de lidiar con su propio destino.
Y sus ojos, en plena ceguera
ya se dejan ganar por la fiebre,
y no encuentran pasión ni agonía
más que en la indecisión de su frente.
Y su cara y sus manos me llaman,
me sumerjo en su alma y su esencia
y me pierdo, y me encuentro con ella.
Ese gusto salado en la boca,
y ese último y lento suspiro
me recuerdan al dulce febrero.
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Fiebre y sal.
2 comentarios:
febrero es el mes de la purificación, con este nombre (en plural, februa) los romanos designaban los sistemas de purificación y las lustraciones, y por extensión las ceremonias religiosas destinadas a expiar los pecados...me entusiasma como inciden las palabras en la tranformacion de la energia, incluso de la realidad, me dejas con muchas dudas...en fin..podria decirte tantas cosas... me llamó mucho la atención tu blog, yo soy diseñadora y estoy haciendo una tesis sobre la estética de lo caótico...creo que el internet refleja muy bien esta coincidencia programada que juega con los destinos... estaré leyéndote, esperando poder intercambiar algunos puntos de vista, un abrazo.
Bessie
febrero y esa semana que no se si pintó un adios o dejó un hasta luego..
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