Tarde de invierno-primavera.
Tarde de domingo, cargada de humedad y tranquilidad.
Unos nenes jugando en las vías, unas señoras charlando en la vereda, un perro ladrando en una ventana.
Atmósfera cargada, atmósfera de fuego.
Y yo, aferrándome a tu brazo, queriendo que ese aire, que esa tarde, que ese minuto durase para siempre.
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