el vino aflora las palabras y el sentido,
y la piel se tensa, se crispa, se hace músculo a punto de saltar.
los ojos se separan, se entrecruzan y observan, fijos, a la nada,
mientras la boca se seca y pide más.
el tiempo es inelástico, como siempre,
las caricias vacuas, como siempre,
tu presencia se desvanece, como siempre,
como todo, como nada.
los acordes se desarman
la realidad se vuelve frutal,
la uva invade hasta tu silencio...
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