a esta hora pesan las palabras
y las dudas,
y se hace más lejano el optimismo,
tan propio de la luz del día.
a esta hora se me traban las ideas
y se ajustan
las amarras que se enroscan y se enredan
en el laberinto del adentro.
a esta hora se agudizan las agujas
y se pierden
los sentidos de las cosas,
mientras caen lentamente,
se sofocan,
y susurran,
y se juntan con los ruidos de la noche,
y con el miedo
de que todo se me escape de las manos
y se disipe -como el rocío se evapora con el sol-
en el olvido.
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