Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

jueves, 6 de noviembre de 2008


"Caris llevaba una capa de color rojo vivo que había heredado de su madre, la única pincelada de color en la penumbra. Merthin sonrió de oreja a oreja, feliz de verla. Habría resultado difícil decir qué la hacía tan bella; tenía una cara rendonda con rasgos proporcionados y regulares, cabello castaño y ojos verdes con motas doradas. No se diferenciaba demasiado de otras tantas jóvenes de Kingsbridge, pero llevaba el tocado inclinado en un ángulo desenfadado, se adivinada una inteligencia burlona en sus ojos y lo miraba con una sonrisa picarona que prometía inciertos aunque seductores placeres. Se conocian desde que eran niños, pero apenas hacía unos meses que se había dado cuenta de lo enamorado que estaba de ella."
Un mundo sin fin

Ken Follet

No hay comentarios.: