Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

frágil.
se me alborota el pulso,
se me salta un latido.

tambaleo y piso de puntitas para no hacer ruido.

se me quemaron los refugios.
se me acabaron los otoños
y queda en mí misma el vacío,
el miedo,
el frío;
el fresco del aire que se mete en las ideas
y esta sensación inestable
de vértigo,
de aceleración, 
salto y tensión
que me agita las pisadas.

frágil,
sin pegar un ojo
con el pulso en un trazo,
sin saber donde hacer pie.

no quiero más esta cornisa,
la incertidumbre,
esta atmósfera densa;
no quiero ser otra vez frágil,
andar con el pulso despeinado,
escondiéndome en los mismos lugares,
siempre en las mismas excusas,
siempre adentro,
esperando.
siempre a otro. 



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