Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Nadie sabe bien por qué nunca me puedo resistir a un 'por favor...'.
Hoy tu 'por favor' me hizo pedacitos, me tiró en un pozo, me llenó de barro, me amasó y me cocinó en forma de vasija, que después tiró contra el piso de vuelta, y así quedé.
No sé por qué lloré tanto, quizás es un duelo antes de tiempo, quizás es que tu situación me recordó a la mía... como si llorara por vos... pero también llorara por mí.
¿Cómo puedo quererte todavía? No sé.
Y a la vez, todo esto es algo tan pequeño, que nosotros hacemos tan grande...
La próxima vez que me pidas algo, lo voy a pasar primero por el lavarropas.

1 comentario:

NaranjaVerde dijo...

Por favor, ponete mejor, desenojate. Porfa, sí?