Manual de instrucciones: breve introducción al blog.

Hola, bienvenide.
Si llegaste acá por pura casualidad, quedate, pasá. Te cebo un mate mientras te explico cómo interpretar el desorden ordenado (sí, mi cabeza piensa que eso es, en alguna escala, orden) que anida en este blog.
No hay función apelativa. Quedate si querés. Yo te invito, pero podés decir que no. Lo que sigue son sólo palabras sueltas. Propias, y ajenas.
Tomá un mate. Y si no te gusta, un té. Y si no querés, un vaso de agua. Y una galletita. Si te vas, sin mirar nada, por lo menos no te llevás el estómago vacío.

viernes, 19 de noviembre de 2010


Y es cierto, no podría elegir uno en especial, pero hoy se me clavó uno en la mente, como si fuera una astilla.
Un recuerdo viejo, pasado de moda, que pensé que había archivado y que estaba fuera de la bibliografía de consulta.
Me llamabas, te llamaba, para repartir gastos. Te cantaba, me escuchabas, te reías, me reía y te retaba, te reías más, cocinabas arroz y te salía aguado, te quedabas con hambre y se lo dabas a los perros. Me reía, me contabas, te quería.
Todavía me acuerdo cuando me dijiste eso. Se me hizo un vacío, mezcla de nervios y pura sonrisa.
Pero el tiempo pasa, los momentos también, y de ese pequeño amor infantil no queda nada.
Salvo una canción, un plato de arroz y, cada tanto, una frase que vuelve sin golpear la puerta: tu risa es una adicción.

1 comentario:

valee dijo...

risa es salut
pero risa propia, TUYA
tuya ordenada y desordenada
de colores coloreados