
Y es cierto, no podría elegir uno en especial, pero hoy se me clavó uno en la mente, como si fuera una astilla.
Un recuerdo viejo, pasado de moda, que pensé que había archivado y que estaba fuera de la bibliografía de consulta.
Me llamabas, te llamaba, para repartir gastos. Te cantaba, me escuchabas, te reías, me reía y te retaba, te reías más, cocinabas arroz y te salía aguado, te quedabas con hambre y se lo dabas a los perros. Me reía, me contabas, te quería.
Todavía me acuerdo cuando me dijiste eso. Se me hizo un vacío, mezcla de nervios y pura sonrisa.
Pero el tiempo pasa, los momentos también, y de ese pequeño amor infantil no queda nada.
Salvo una canción, un plato de arroz y, cada tanto, una frase que vuelve sin golpear la puerta: tu risa es una adicción.
1 comentario:
risa es salut
pero risa propia, TUYA
tuya ordenada y desordenada
de colores coloreados
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